
Todo calla.
Un alito pálido y de luz roza tus esquinas,
sientes el mutizmo del tiempo, se detiene
como un soplo helado que congela las
manillas del reloj, que te eriza la piel,
soltando una musica dulce y apagada,
casi imposible de escuchar. Es tu
unicornio blanco con alas de plumas,
es tu angel guardían.
Y retroceden los relojes del mundo,
los inviernos a veranos y los veranos
a dias sin estaciones, estas naciendo
de nuevo pero ahora sin nombre,
sin vida, sin la luz con la que saliste
del vientre de tu madre, la mujer
paria a chorros de sangre sobre
sabanas blancas y tu cuerpo gestado
calló sobre sus brazos envuelto en
el cordon de vida, en sangre, en lanudo
suave, en claridad apreciable de ser
humano sin pecado.
Te quedaste quieta un instante, abriendo
los parpados con pestañas negras, te
quedaste sin respirar un instante mientras
algo mágico cubria tus estremidades de
gorrion. Naciste como humana y como
humana te haz perdido, y volviste a nacer
ahora pero en instantes de agonia, en
manos de la brutalidad.
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