Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

domingo, 1 de enero de 2012

Brutalidad

Es noche, se huele la humedad de afuera
pero la madera y el
mosquitero nos cubre
del frío,
de lo oscuro y la llovizna de la madrugada.
Además mamá dice que las luciernagas son
las bombillas
de la naturaleza, por aquí a esta hora
hay muchas,
nos rodean, nos hacen reir.
Tomás el más pequeño de nosotros, se sale del mosquitero
pa´ve si atrapa una, yo le
digo que nunca lo va a lograr,
pero él insiste que si.

La noche por aquí es bien larga,
y muy oscura,
la noche mucha
s veces se hace lenta con una oscuridad
intensa donde el
silencio flota, todo flota en una inmensidad
invisible, se sienten los brinquitos de los saltamontes en
la tela del mosquitero y ojitos de un tierno brillo que nos
velan hasta las doce.
No nos vemos, no nos escuchamos,
solo el gallo de don Luis a lo lejos,
el gallo me da esperanza,
porque
por él sé que en cualquier momento va a amanecer.
Total, yo siempre me duermo de último, la primera en
dormise es nuestra hermana,
ella y tomás se duermen
rápido
y yo e
n silencio cuido de ellos. Y el mosquitero
nos cuida a
todos.
Pero anoche, por primera
vez senti miedo.
Algo incontrolable
algo que me congelo, algo
muy
feo, que no pude ver, que no pude detener.
Y ahora no puedo dormir,
porque me di cuenta que
en verdad, en la Oscuridad
nada nos cuida.


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