
Laura regresa al margen pútrido que nunca las separo, Diana recuesta
la cabeza en las piernas de la que esta a su lado y expulsa un aliento
que tuvo atascado durante mucho tiempo.
- Mira las almendras, miralas, mira como caen. Habla.
- Las veo Diana, pero no moriras.
-Quiero.
-¿Qué quieres?
-Jugar y morir, miralas: Martinica, Dalia, Sussana, Rosalinda,
Sally, Anne Marie....
-Shh...No recuerdes.
-No estoy recordando, estan allí. Todas alrededor del Almedro
sentadas, sonrientes, sin penas, sin heridas, como
si estuvieran sumergidas en aguas cristalinas de sueños inagotables. Como si ya no tuvieran pesadillas... Diana hizo pausa, Laura la escucha ambas tiene la mirada tranquila puesta al horizonte. Parece que todo termina, parece que vuelve a la realidad, que el tiempo se detiene y todo gira entorno a la inocencia interrumpida.
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