Sin aliento, sin suspiro solo amortiguada por los rugidos
que penetran y rompen la dignidad, es mi decenso.
llegare aunque este destruida mi tez, tratare no quiero caer.
Volver a caer en la misma ignorancia de mis pupilas cuando estaban
ciegas, le vi ahí estaba sin mi y yo con él, en el día no le veía
y solo en la noche le amaba,
de no darme nada más que solo un beso, mi beso y volver a caer.
Era el sepulcro de mi alma tras la niebla del crepúsculo
el revés gano la batalla y no llegue a la gloria,
solo quedó salvame la única suplica de...
Jamás volvió, solo marco en mi cicatriz otra más
oscura, débil, llorona perdida en el tiempo en el cual le deje
de amar.
era el funeral sepultandome media muerta con la mitad de la
consiencia viva y ahí estabas tú...
consiencia viva y ahí estabas tú...
olvidando amar queriendo amarte, a mi lado, junto a mi
cuerpo y la larga cabellera que cubría mi seno.
De mi alma, bajo el légamo sucio devorada por gusanos
nutriéndose de ella, así era mi sepultura.
pero jamás te hibas, ahí estabas tocando mi vientre.
Herido, elevado, sublime y tus manos en él.
eran mis miradas en tus ojos café llenandome de esa gotita,
pequeño gesto en tus labios.
No he saber que hacer soltar tus dedos y echarme a perder
o seguir tus huellas hasta el final del cementerio
encontrando la gran salida que retorna a mi vieja naturaleza.
Buscas esa salida, estas preocupado, yo te acompaño pero estoy destruida,
si me destruyo y tu me abrazas, eres el héroe
de una historia mal escrita
de un segundo perdido
de mi alma que nuestras uñas siempre juntas la van a desenterrar.
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