Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

domingo, 30 de octubre de 2011

Sobre la libertad.



Si la luna cayera, tal vez el mundo abriera
sus ojos para ver su resplandor, y si las caracolas
se exparcieran quizás todos apreciaran sus
sonidos. El sonido del mar.

Tenia yo once años cuando inició la guerra
de los hombres, la pesada y cruel guerra,
la que terminó con el silencio afable, con
la inocencia de las margaritas, acabó con
las gotas de agua dulce.
Y nadie estaba advertido, nadie pensó en
las consecuencias, nadie, nisiquiera Khrisma
pudó impedirla, la guerra mató a todos.

Y todos, hasta ella, quedaron encerrados.

(Sángala. Lunas rotas.)

1 comentario:

Facundo J. Blanco dijo...

Esa guerra, la que será por el agua, está pronta a iniciarse... esperemos que el ser humano tenga un cambio de pensamiento y de ver las cosas, sino será una guerra mucho más trágica que las que son por el petróleo.

Saludosss!!! =)