
Brisas de verano.
La costumbre del tiempo se lo ha llevado,
como un sismo rompiendo
mis sentidos, la última razon para pensar
por mi misma.
Las doctrinas de estos tiempos lo ha
espantado. Pero Pronto volverá,
caballero y galán.
Estamos en el Mar, y no es verano.
¿Qué miramos? El norte, el horizonte
y la respiracion del Mar en mis pestañas.
Azul de mar y alguien se hunde, un navio,
¡Ave María!. Y sin viento estoy rogandole a
Poseidon un navio, porque se ahoga, se ahoga
y desaparecerá.
El sistema solar opaca a la Luna lejana
y sin cordura. No es a Poseidon a quien
suplico, es a otras cosas más poderosas,
cosas que pueden destruir
a Poseidon con un rayo y hurracan.
Seco, inerte, pez solitario sin corrientes.
Las redes de naves espaciales
destruyen mi localidad, el
lugar donde estoy sentada
observando a Poseidon.
¡Que tranquilidad!. ¡Que inmensidad!.
Besame las mejillas, te besaré y la
Luna nos mira.
Me oculto, la costumbre del tiempo
me aterra porque se lo llevará de nuevo,
sin viento.
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