Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

sábado, 1 de octubre de 2011

Allende del Mar.


Brisas de verano.

La costumbre del tiempo se lo ha
llevado,
como un sismo rompiendo

mis sentidos, la última razon para
pensar
por mi misma.
Las doctrinas de
estos tiempos lo ha
espantado. Pero
Pronto volverá,
caballero y
galán.

Estamos en el Mar, y no es verano.
¿Qué miramos?
El norte, el horizonte
y la
respiracion del Mar en mis pestañas.

Azul de mar y alguien se hunde,
un navio,
¡Ave María!.
Y sin viento estoy rogandole a
Poseidon un navio, porque se
ahoga, se ahoga
y desaparecerá.


El sistema solar opaca a la Luna
lejana
y sin cordura.
No es a Poseidon a quien
suplico,
es a otras cosas más poderosas,
cosas que pueden destruir
a Poseidon
con un rayo y hurracan.

Seco, inerte, pez solitario
sin corrientes.

Las redes de naves espaciales
destruyen mi localidad, el
lugar donde estoy sentada
observando a Poseidon.

¡Que tranquilidad!. ¡Que inmensidad!.

Besame las mejillas, te besaré y la
Luna nos mira.


Me oculto, la costumbre del tiempo
me aterra porque se lo llevará
de nuevo,
sin viento.

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