Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

sábado, 9 de julio de 2011

Metamorfosis.



Las luces de afuera revelan que
eres tú una vez más.
Que destreza de un placer,
de una secuencia, un latir
desesperado por devorar.

Las sombras y olor a sangre
miles de kilometros para
llorar, y las alas de la muerte
llegan sin avisar.

Duerman que es inexistente
el fantasma acosador,
el difunto abuelo de la
fotografia y el criminal
sin huellas vigentes.

Sin importancia entre
la espada y la pared,
mirando sombras
teñidas de ADN.
El fantasma toca las
puertas, nadie abre,
la mentira duerme.

Todos tienen miedo.
El mundo tiene miedo,
quiere velocidad que
no se detiene.
Yo tengo miedo.

Callen, no hablen de
fantasias paranormales,
no evitan al dolor,
no traten de soñar.
No busquen ser felices.

Que el frio arrope los
huesos del monstruo.
Sobresalen de su espalda,
crujiendo, estremeciendo,
se encoge y en el armario
se esconde.

Nadie quiere deternerse,
la navaja, el lapiz, los cerillos
y el galon de gasolina.
Los accidentes suceden,
el masoquismo maltrata.

Sin dolor no hay felicidad,
sin escombros, sin sufrir.
Sin la mirada mortal que
se escabulle por tan tierno
rostro.

Besáme con tu mirada seductora.

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