
Terrenos infertiles disecados al sol,
Luna redonda, de plata y lunara,
vestida de palido, mitad oscura
y de nada más.
La luna se refleja en los charcos
del mundo, y Platero se adentro
en ellos pisando la luna, haciendola
añicos.
Un dia de verano con la luna
fresca, yo menguare y ella
crecerá.
A musica de violines desesperados,
seré el rio con su reflejo.
Las cañadas en que Platero ha ensuciado
sus patas, La luna es parecida a Platero:
Redonda, blanca como nieve, tierna,
de ojos y de ternura inmensa.
Saldre a crepuscular en bola de cristal,
muerta de un frio, de un invierno
artificial.
Saldre temprano en un crepusculo
rosado, esperando a las seis su luz.
No se si el sol tramonta para siempre,
y La Luna nunca desaparece.
Pero si se que:
Platero y yo es una buena elocuencia,
pero La Luna y yo es magnifica historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario