Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

lunes, 18 de julio de 2011

Escalofrío.



La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura.

En los prados soñolientos se ven, vagamente
no sé qué cabras negras, entre las zarzamoras...
Alguien se esconde, tácito, a nuestro pasar...
Sobre el vallado, un almendro inmenso,
níveo de flor y de luna, revuelta la copa con
una nube blanca, cobija el camino
asaeteado de estrellas de marzo...
Un olor penetrante a naranjas...,
humedad y silencio...

La cañada de las Brujas...

—¡Platero, qué... frío!

Platero, no sé si con su miedo o con el mío,
trota, entra en el arroyo, pisa la luna
y la hace pedazos.
Es como si un enjambre de claras rosas
de cristal se enredara, queriendo retenerlo,
a su trote...
Y trota Platero, cuesta arriba, encogida la grupa
cual si alguien le fuese a alcanzar, sintiendo
ya la tibieza suave , que parece que nunca llega,
del pueblo que se acerca...

(Platero y Yo)

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