
Desaparecen, conquistan, lloran.
Instrumento degollador
pequeño aniquilador.
Que traspasa gargantas,
urtador de oxigeno.
Hay un cuerpo tragado por
gusanos amarillos,
sin nada y sin oxigeno.
Hay un cuervo en las banderas
del mundo, un cuervo condenado.
Se escuchan las olas del mar
en los huecos de caracolas,
no hay salvaciones ni maniobras,
solo serpientes atragantadoras.
Que tristeza no poder tapar el sol con
un dedo, ni con cincos, ni con todos.
Que pena la del mundo cuando se dio
cuenta que no es inocente Que en él y
fuera de él todos tropezaron.
Desapariciones, conquistas, lagrimas.
la navaja acosa a mis niños morenos,
a las tierras cuarteadas
a las sonrisas malogradas.
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