
Sudan mis manos y se me escapa la niña
de los brazos, sin zapatitos, sin medias
de lana, hoy mi niña no duerme.
Ave Maria que consuela en una mecedora
la cancion de la luna, debajo de la luz
de las lamparas de aceite, hoy mi niña
no duerme.
Tiene barro en las uñas, y parasitos en
las entrañas, la niña parece abandonada.
Colocada paralela al infierno, en canasta
de trapos, con una lagrima y llanto
seco.
Acompaño a la niña, me desvelo y le cuento
un cuento. Pero alguien asusta a mi niña.
Sus ojitas oscuros nos despegan la mirada
del armario, la cubro, de plumas, de lucesitas
y magia. La perfume con olor a melocotones,
a vervenas y lavanda.
La abrazo sin contacto, la niña le teme a quien
la hurtado, la niña en la oscuridad esta sola.
Por favor no lo hagas, no la alejes,
sostenla fuerte, que la niña hoy esta
en peligro, aqui vienen las manos de
la brutalidad, la linea paralela al infierno.
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