
"Sin escudos, sin detenciones, sin limites...
hoy mi sociedad, mi casa, mis calles.
Almenos un segundo de sonidos
fluviales, de dulces lluvias, de cadenas
sin eslabones".
-Laura!. La llamé desde la puerta
Ella volteó el rostro y me miró.
-Vamos. Dije, me acerqué a ella y
la tomé del brazo.
-¿A dónde vamos?
- A la iglesia.
- Qué?...Por qué?
-Vamos a buscar a Dios.
-Dios no está en la iglesia.
-Entonces...¿Dónde?
-No lo se. En algun lugar fuera de este mundo.
-No quiero discutir, necesito a
Dios.
-Para qué? Diana...Es navidad,
tenemos fiesta.
-Necesito detener al hombre de negro,
el que sale a media noche y pretende
ser tu amigo, a las manos de la brutalidad.
Ella y yo entramos a la iglesia, fuimos
en busca de Dios, sin importar si
estuviera allí o no.
Y Nos acercamos al sagrario, los querubines
nos observaban.
-¿Dónde esta Di...
-Ahí está, Crucificado, clavado, sangrando. Miralo.
-¿Quién lo ha matado?
- Creo que fue la raza humana.
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