Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Allende a ti






Desde aquella madrugada cuando en el litoral
de la playa nos hicimos la misma cosa y
cuando ese frío nos hizo prometer jamás dejar
de abrazarnos, fue entonces que empecé a
creer con todas las esperanzas que seriamos
inseparables. Y estas esperanzas que parecen
que se ahogan en las olas macabras de mi
propias ideas, hacen que te desvanezcas cada
vez un poquito más.

Cuidado! que desapareces como agua salada
vaceandose de mis manos, esas manos que
tantas noches te acariciaron la espalda,
tantas noches que prometí contarte un sueño
para despertarte de tus pesadillas pero nunca
dije una palabra.
Fue mi silencio un motivo para terminar?
Fueron acaso mis días ciegos? cuando
inventaba excusas para alejarme de tus
ojos.

Oh mis mañanas claras, cuando brillabas a
mi costado, ni cabeceabas, ni bostezabas,
estabas feliz de tenerme a tu lado, de tomarme
de la mano debajo de las palmas, aquella la arena
de nuestro mar, ese mar que inventamos para
amarnos sin problemas y yo fuí el problema.


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