Días de sal, de azufre, de amor.
Allí en medio de un aire falto de oxigeno,
mis margaritas se asfixian, el océano
pacifico las congela.
Eco lejano eco de muerte, anuncia lo absurdo
de una noche sonámbula. La noche esta sentada
sobre mis almohadas, y las sabanas se empapan
de aguas saladas como mis líquidos.
Flotando, con brazos fuertes, con brazos cansados.
Mis mariposas. Los días pasados, sin sol y sin verano,
los días pasados que se quedaron estancados en alguna
parte de la tierra. La tierra que lleva Atlas... La abraza,
la sostiene, es la tierra de las margaritas, con siete
lunas, millones de girasoles.
Pero los girasoles no buscan al sol.
...Zeus lo condenó a soportar la tierra
separada de los cielos. Oh! dios del trueno
y los truenos sobre los cielos perdidos,
condename al yugo de Poseidon.
Desnuda, Anfitrite, bailas sobre la voluptuosidad
de Neptuno. Redonda, rosada, hinchada...
Ninfa la tuya Neptuno, ninfa del mar contenta
de un coito irreal.
Allí en medio de arenas, suplico a su nombre
y el mar se levanta, como guerra, como si ahora
al igual que a sus sirenas, me atraganta.
Desnudame Neptuno.
Acaricia mi sistema nervioso,
besame la garganta y llevame al paraiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario