La noche fría helaba las cortinas, las ventanas,
las sabanas heridas y hasta el ombligo.
El vientre elevado, tierno, cálido y llorón
era el tormento en medio de la tormenta.
Su rostro era el fragmento de mi corazón
haciéndose añicos en cada contracción,
suspira, y yo hondo respiro
de miedo.
El frenesí ahogaba el pulso de sus venas
deseando un minuto dormir
sin esperar que salga Aurora.
Deseo roto, perdido, olvidado
ardiendo mis pupilas casi en lágrimas,
no desmayes, aquí estoy.
Mis manos en su vientre, en su rostro, en su
llanto, mi percepción grita como el rock.
¡No voy a perder!.
¡Oh! que Dios nos ayude, aquel diminuto
corazón dejara de latir al menos
que no sea por una mediación mía.
El ultrasonido, el oxigeno, desesperacion.
Mis neuronas chocan y el cráneo se
fractura.
No te vallas amiga...el estetoscopio esta
en mi pero pierdo la paz dejándote envuelta
y cansada, perdida en tu oscuridad.
¡El anestesista!, corro hacia el pasillo derecho
no hay nadie, el hospital esta vació.
Necesito un milagro para que tus pétalos
no dejen de vivir, el bisturí es la
ultima opción pero tus ojos callan,
tu alma desvanece como rosa en el viento.
No te vallas amiga, no ahora que tengo en mis
manos el tesoro de tu regazo.
naciente, hermoso,dócil como muñeca de algodón.
Mi conciencia se culpa de mi error,
dejarte ir, no era mi opción.

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