Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

miércoles, 4 de julio de 2012

Dónde esta Jade.




Lluvias de Junio.


Ella solía a apreciar las lluvias de Junio, esas con olor a
verano, a mangos y a flores de auyama, lluvias tibias
y frias, dulces y amargas, raudas. A veces aguaceros
infinitos, que se observaban desde la ventana con ganas
de inflarse y salir flotando. Oh si! que buenas tardes de
lluvias amarillas, de cielos grises y un sabor a piña.
Quizás fue de la lluvia que nació su ente tan peculiar,
incado en la tierra, mojado, con lágrimas en las
mejillas, gotitas de sudor, todo en su cuerpo era
lluvia. Podia correr de un lado a otro, saltar,
pisar hormigas, gritar con el alma que existe
la libertad, respirarla, tragarla, amasarla y
abrazarla, entonces solo así sentir que se infla,
que flota, redonda y gorda como la luna a las seis de mañana,
a las seis de la tarde, el primer rastro de
aquél astro.


Jade, asi la recuerdo, debajo y encima de la
lluvia, en un callejón azul, en un pasto verde,
en un verano pasado.

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