Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Maldita Primavera.


Debí contarte mis aventuras antes de estar de vuelta,
hacerte una llamada especial, hablarte toda la tarde
del miercoles y no colgar hasta el viernes, es más,
nunca colgar, tomarnos el té y el café de media noche,
sentarnos a mirar los gorriones, decirnos que nos duele
la cabeza, que queremos una hambuguesa rellena de queso.

Debí tener en cuenta no solo la fecha de tu cumpleaños o la 
de tu regla, sino todas y cada una, la de la noche cuando
querias un cuento, cuando se apoderaba de ti la soledad. Si,
debí recordar las noches frías de tu ausencia, las tardes
invernales, recordarte en  los momentos triviales de mi existencia 
y la tuya tan lejos, tan suspirante y dejante, pérdida.

Cualquiera piensa que me olvidé, tal vez sea cierto, lo olvidé
o lo pasé desapersivido, no me dí cuenta y pasó a un asiento
trasero de mi memoria, pero no es escusa, porque no debí
dejarlo atrás como si fuera el paso de una etapa natural a
otra, debí mantenerlo como quiero hacerlo ahora. Y a veces
puede ser demasiado tarde, a eso le temo.

 Me martilleo en las sienes, me dan graves mareos y sentimientos
de querer vomitar, porque sinceramente debí buscarte, gritarte
del otro lado de la calle cuando te ví llorar encima de nadie,
lanzarte una piedra, un palo por si no me escucharas, debí
gritar tu nombre de nacimiento, tu nombre inventado, tu
nombre aparecido y los verdaderos.

Debí no darte la espalda cualquier día de primavera... 



Reencarnación.






Caen caracolas del cielo, como la sangre que corre por
mis venas, me hierve, me desalienta, me dicen que tengo
sangre de papá, de mamá, de la tia y la de un extranjero
extraño que vino a besarme los labios cuando niña.
Me dicen que debo madurar, que ya tengo pechos,
cara de niña y vagina de mujer, me repiten una
y otra vez mi edad actual, porque segun todos vivo
la misma edad prolongada de cuando jugaba con
muñecas. Me reprochan por querer volar, por querer
jugar a las escondidas, por besar a un sapo, me dicen
que estoy loca.


Pero solo me pinto la cara...me encojo de hombros.

Y la locura me ha llevado a construir un texto,
medio lleno y casi vacio,
revuelto y asado
callado y dormido
un texto tan vago y tan bundo
peregrino por mis memorias una  vez vividas.

Tengo un vaso lleno de lágrimas
un grillo de la suerte
una antorcha para la oscuridad
tengo un amuleto de un mejor amigo.

Se me desbordan
se me escapa
se me apaga
se me olvida.

Tengo una Alfombra de Aladino
abarcando el oriente completo de mis
palabras atolondradas.
Tengo el beso de una mujer en mi mejilla,
goteando la felicidad en cada esquina.
Me han dejado la marca de una burra
preñada de antiguedades
de donde obtengo al señor de los anillos
quien me recuerda que cuando niña
comia flores.

Me reconozco con pecados carnales
con ganas infinitas de casarme.
De hacer el amor hasta partirme en pedazos
ponerme menuda y hundirme en azucares
y flores andinas, hacerme cosquillas,
gritarle al viento que amo a alguien.

Meterme en la cabeza de una aguja
hacerla bailar entre la lana que tejeré
a mis nietos en las terrazas de Florencia,
Meterme en los secretos de la adolescencia
sacarme del corazón los trozos de la demencia
sacarme del alma los rastros añejos de las
tormetas en verano.
Y pido una ayuda para cargar conmigo y con
mis amores de marruecos
que me arranquen todo menos el recuerdo
así de vieja, en donde sea, tenga la viva
imagen de que viví mis dias contigo.

Tengo un amor forastero a quien le dedico
el abjetivo de exótico.

 Te tengo a ti...


sábado, 12 de mayo de 2012

Te Olvido.





Señora, su hija era hermosa, se parecía mucho a usted, aunque tenia el mismo carácter
de su padre, una inventora de primera, buscando siempre cosas que armar, hacer un
avión, construir un barquito de papel, era una nueva científica o arqueologa para esta
generación de débiles. Ella más que todo, era sumamente fuerte, tenia el poder de volar
y encontrar el infinito de las cosas, especialmente descubrió que cualquier ser humano
por más grande que sea, puede caber en el caparazón de una caracola de mar.
Ella era del mar y de los ríos, fluvial y de plumas azules.
Señora, su hija era muy especial, encanto los corazones de todos nosotros en nuestros
primeros días de visita en su casa, pero desde que ella se fue, ya no motivo de estar
aquí, porque eso implica amargarnos la vida con algo que nunca volverá, y si quizás
vuelve, si escuchamos su risa de repente, su álito de luz transparente, o su aroma a
melocotones y mariposas, entonces será solo un recuerdo, un dèjá vu al alma,
su espíritu noble rondando los rincones de la casa, del corazón.

Pero querida Señora, que tanto le consolamos frente a la ausencia y la soledad prematura
de la vida entera, su hija era hermosa, anoche la soñé vestida de ballet como antes,
con un tutu enorme que cuando hacia una pose coqueta el tutu se levantaba y le chocaba
en la cara,subía y bajaba las escaleras con medias largas disparejas, una blanca y otra negra,
sumergida en una atmósfera grisácea, empañada, de rosa pastel, amarillo banana, celeste...
La soñé con el pelo corto, hasta las orejas.
Sin zapatillas de ballet daba vueltas y saltos para impresionarnos,gritaba que la miraran,
que le criticaran sus bailes, se alegraba hasta el fin del día después de un aplauso, así fue
la ultima vez que la vi, ya no tenia el pelo corto, ni largo, solo un pañuelo, le habían quitado los pendientes
de perlitas de mar, pero todavía llevaba ese traje tan peculiar que la hacia ver como
una muñequita de cuerda, de esas que salen en una glorieta de unicornios danzando con
una música triste. 
En su cama de casa, cubierta de sábanas blancas, sin olor, sin destello, pálida y maquillada
del adiós, el adiós más dulce que nunca habia visto, ella solo cerró los ojos, flojó las manitos,
suspiró, hasta quedarse dormida, así quedó, como dormida por un ser invisible, acurrada
en un nido de paz, parecida a blanca nieves, a la bella durmiente, a una palomita...
No se lamente más, no lo haga, porque todo alguna vez de las manos se nos va, se escapa,
se pierde como por arte de magia, de la nada, y nos deja solo un vacio casi imposible de
llenar. Casi.
Señora, llore cuando sienta la necesidad, alegrese con su recuerdo y sepa muy bien, que
su hija no era débil ante el cáncer, su hija se fue a vivir a otro lugar, el mismo donde
estuvo todos los dias de su pequeña vida, un lugar que todos, hasta yo, he olvidado.

Feliz día.


martes, 8 de mayo de 2012

De melocotones y Mariposas.







Ay! Mujer graciosa de pechos látinos, cubierta
de arena del Mar loco. Pareces vendida a precios
baratos en las esquinas de una plaza, me pareces
una muñeca hecha de porcelana, con los labios
caoba.

Tan dorada como Luna llena, tan plena, como
las noches de los hombres lobos. Vestida como del
Sol, con estrellitas plateadas en las mejillas, eres
Mujer morada como las Lunas en Lyra.

 Pomposa, saltarina, musica dulce de tu garganta,
a piano forte, a la melancolía de un violín en tus
entrañas florecidas. Tienes una criatura en los
puños, sostenida con las fuerzas de tu alma
gitana, pero se te escapa con todo, hasta con
la arena que te cubre a comienzos del verano.

Ahora en mayo de calor prematuro y en tus cabellos
sin vida, un rastro oculto de la mujer que fuiste, el
beso de cualquier hombre amado, la huella de mis
manos.
Ay! Mujer que tan sutil, que tan pequeña, que de 
tus labios caoba cae la gloria, que de tus muslos
llora la sangre blanca y arrancada.

Y todo se va, viene como los fantasmas en el Pácifico,
con un susurro helado de frio, espantándome la mirada...
Saliste de los pinceles de Picasso, del invento de un extraño,
plasmada en un llano lejano donde nadie te conoce, fuiste
la creacion del Gran Mago, en los minutos arcaicos de la 
Reina Isabel primera.


Pero que viva de ti, el recuerdo de que eres Mujer.