
Como una hilera muy fina
de color plata se asoma
la dama muy callada.
Colma al marino cielo
de un brillo singular,
vestida y con anillo
en el anular.
Suelta un aire como
un suspiro y admirar
suelta un suspiro
que yo quiero amar.
Se ensancha, se arma,
se viste de estrellitas
y burbujas.
Se hace feliz, se sumerge
en entre olas y marfil.
Que pena, que bella,
la veo morir.
La dama tiene seda blanca,
y nos mira desde arriba.
La dama me dijo un secreto
en la deriva.
Parece una niña, de porcelana
y de algodón...
La dama desnuda brilla.
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