Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Alquien a quien amar.


Te miro despacio, algo rojo sale
de tus labios, algo que huele a
carne cruda, a hierro. Y tu sangre
resbala desesperada por tu cuello,
tu sangre se escapa, se pierde por
segundos, se detiene, y tiemblas,
y te estremeces como criatura
que acaba de nacer.
Tu sangre mancha la seda blanca
que cubre tu cuerpo...
Te miro y me acerco, tomó tu mano
más fría que el hielo, que el alma
cuando se trauma. Entonces siento
miedo, siento que te pierdo, las
cortinas de la habitación empiezan
a correr la suave brisa de invierno
las espantó, las flores del jarrón ya
no son flores y tu estas allí, minúscula,
callada, estremecida, como si te faltara
algo, cada vez más cerca del borde;
siento que te vas.
Menciono tu nombre y el color de tus
ojos se hace más brillante, te miro,
te regalo un beso en la mejilla y también
está fría, toda tu estas fría. Acto seguido
abres la boca con el propósito de algo decir,
pero empiezas a toser, a tosery a toser, tu
sangre te asfixia.
Te miro y no te dejo de mirar, te aprieto la
mano, te quiero llorar, te quiero amar, te
quiero conmigo un día más.

Pero cierras los ojos, vuelves a temblar,
alguien te quiere llevar, te paraliza,
tus pupilas se dilatan, tu venas parecen
brotar de tu piel. De repente te tiñes de gris
y se pierde el mínimo rubor
de tu rostro, tu pálidez se enternece,
ya sé que te pierdo.
Me dices algo que no comprendo,
lo dices muy bajo, pero aun así te respondo :
Yo también te amo.

No hay comentarios: