¡Oh bella doncella de mis entrañas!
Silenciosa y callada tan muda como
si no tuvieras lengua, teniendo una mano
llena de hormigas, de lágrimas.
Como si las picaduras florecieran
más allá del alma, como si tu tan
rosada y tan oscura brillaras en mi,
en los pocas horas que ofrezco
mi aprecio hacia a ti.
Pretender matarte amada mía, es
incoherente, y descabellada la
idea de hacerte pequeña como
la nada que rodea tus aromas,
tu materia.
Obsesión la mía por los pezones azules
en tu pecho rosado, en los besos modestos
de tus labios,
y en la determinada elocuencia de
tus movimientos corporales.
Mi perfecta melodía vibra en ti
restaurándote a esplendida.
Haciéndote mas bella, mas
cálida, mas nerviosa y apasionada.
Como si las picaduras florecieran
en tu ciega mirada así pues
amada mía, robaría yo, una vez mas,
tu virgen mentira.