Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

martes, 14 de diciembre de 2010

No veo nada, solo te veo a ti.


La noche fría, llena de la saliva en tus labios,
es aun cruel cuando me avisa que se va.
Es noche loca como la locura en tus neuronas,
es rota como las grietas en tus mejillas canela,
es pobre como homicida en pleno homicidio.

En ella no veo nada, su oscuridad cierra cada
retina de mis dos pares de ojos, y aun así 
puedo ver tu dulce lunar.
En ella solo llevo bragas y sostén, en ella
no veo nada solo te veo a ti.

Y tu con manchas de su eyaculación, vistes
de lunas, de estrellas, de astros fugases,
de soles y las gotas invisibles de mis lágrimas.
 ¿ A donde va? le pregunto a la noche,
ella dice que volverá en 12 horas  y yo
duermo 12 más para no recordar y esperarla 
contigo otra vez.

Pero no veo nada, solo te veo a ti, mutismo
gritos, con el gemido escapándose por
tus narices y penetrando mis oídos.
Tocando el sendero de tu espalda,
y las pestañas de tu mirada.
Eres como ella, como la noche rara y 
flácida, pecadora y celestial.
¡Que insólito! 
parece y suele ser así,  pero en el fondo
aunque se valla
sabes que Te amé.

Llegué hasta un punto que no veo nada, solo te veo a ti.

No hay comentarios: