Me equivoco cuando en pleno ataque bajo la mano izquierda
pensando que no me sirve de nada...Y el adversario
me gana.
Caigo. La sangre de mi nariz rota se desliza hasta mi cuello,
pierdo la respiracion, hoy volví a caer.
Por qué? si encuentro las sabias palabras en el
libro de la humanidad.
Mi jefe me sienta en la silla y cura mi herida con sus manos
ancianas pero sabias, dulces, dóciles y arrugadas por
el tiempo.
No duele, la herida pronto sana, pero llora el alma y
se culpa la conciencia....
Ayer no encontré que hacer e hice lo que mas me
gusta practicar con el cilindro que cuelga en el
gimnasio, donde las gotas de sudor y sangre
ruedan al suelo después de una pelea.
Hoy mi herida no esta una enfermera la curo,
pero llora el alma y se culpa la conciencia...
una vez más
Aquí estoy mirando por la ventana como
la tarde se va sin mi, muy lejos hasta
desaparecer.
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