Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

miércoles, 6 de junio de 2012

Dónde está Jade.



Jade me mira desde el cespe recien cortado,
la tengo metida en las pupilas, guardandola
allí para que cuando crezca, me quede ese
recuerdo de ella, tan pequeño y tan fresco
como un dia de Junio. Jade es rubia, muy
amarillas sus hebras, finitas, le llegan a los
hombros descubiertos porque solo tiene
una camisita de tiros y un pantaloncito,
un dije de jade que pende de un guillo de
oro en la muñeca. Sahara su hermana
tiene su misma ropa pero con otros tonos de
colores, aunque sean gemelas las puedo
distinguir. Jade es más delgada, más larga
de piernas y brazos, tiene el rostro de porcelana,
Sahara sin embargo, tiene siempre un bolso con
una barbie en su interior, los tacones de su madre.
Jade y sus manitos vacias me recuerdan a los
gorriones, grises y pequeños se bañan en las
fuentes de las plazas, Jade y sus ojitos azules
me recuerdan a su madre, mujer de luces,
exploradora de cosas, de lugares y de
sentimientos, descubridora en especial de
mi, ambas saben como descubrirme cuando
me encuentro encerrado en alguna parte.
Jade tiene un lazito anaranjado en la cabeza,
se le ha caído tres veces en cada vuelta que da,
cada saltito de rana traviesa, me contento en verla
así ya que siempre está calmada, una muñequita
de cuerda apagada, amarrada, a veces Jade ni
habla.
A Jade la veo, se ha sentado con su hermano
Lucas, tambien es su gemelo, desnudo en
calzoncillos, los tres se cuentan algo en el
jardin trasero, yo desde la galeria los atrapo
en una fotografia, un video torcido, mal
gravado. Y Jade me cacha, me sonrie
levemente, como su manita que se levanta
para saludarme. Solo pienso que será de
ella en unos cinco, diez, veinte años, en eso
tendra veinti seis, quizás casada, quizás no,
pero ¿sobrevivirá?, ¿ la tendré mañana temprano
sobre mis piernas?, ¿ Le podré comprar un helado
de fresa?, ¿Me susurrá al oído? como hoy,
un no te vallas papá...
A Jade no la quiero perder.

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