Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

miércoles, 13 de junio de 2012

Dónde esta Jade.





Canta un grillito verde, chiquito, con los ojitos
amarillos, canta mi grillito...

A tres metros más arriba del cielo, quizás más,
a un año luz, sorprendida entre las cosas insólitas
del universo, colocada justo en el vientre de la
luna, plateada, en sus arenas blancas dormida
me la encontré. Con lágrimas secas en las
mejillas, la huella de un engaño, entonces supe
que estaba inmesamente triste.
No entendí el motivo, era una niña con muchas
cosas pero al parecer ningunas las queria, ni
a una muñeca trapo, ni a unos tacos rosados,
le busqué hasta un pecesito dorado, un collar
de delfín, Jade tenia tres años cuando su madre
me contó que no queria comer, que edad tan
pequeña para un sufrimiento tan grande.
"Así son los niños" Decian.
"Cuando quieren lo hacen a propósito"
Eras mi vida reducida a un cuerpecito y
maximizada en una de tus palabras, hablabas
bajos, calmado, yo te ponía en mi oído para
poder comprenderte pero ni eso supe hacer,
Te encontré acostada en algún lugar de tu
mente, casi dormida, imbestida por un sueño
donde estaba mi presencia, gélida, quieta y
tersa, palpitando tu espiritu.

Te habia dejado sola.

















Dónde esta Jade.




Un día te encontré dando saltos como un algo
travieso, contando las escaleras, los veinte
escalones, bajando rápido y tu madre con miedo
a verte caer, rasparte  las rodillas. Eres alguien
que cuidamos o pretendemos hacerlo, para mi
fuiste la luz del mundo, mi mundo revuelto,
problematico y pesado, un tanto cerrado,
sin embargo el tuyo es abierto, se ensancha
con cada día que despiertas y con cada
idea rara que sale de tu cabeza. Estabas
disfrasada, a primera vista no entendía
bien de que o en que cosa te habías convertido,
un pajaritó rojo, la sirenita Ariel o Banca nieves,
me pareciste una estrella de mar, descalza y con
vestido de princesa. Eso dijiste,que eras una princesa,
tu hermana te habia vestido de esa manera y ambas
daban vueltas por toda a casa. Ese día me pareciste
inrrompible, imposible de desaparecer, te veia tan fuerte,
tan veloz, astuta  en lo que hacías,
en como eras capaz de transformarme
la atmósfera, de  buscar una camara y detenerte en ese
instante. Un día te encontré con plumas por todas partes,
las pegabas con cola en una hoja grande, sentada en una
mesita de la galeria, con las manos mojadas porque habías
rociado a las margaritas de las macetas. Era una tarea
de arte, y el arte eras tú, una carita contenta, una canción,
un puño de cosquillas doradas y plumas azules.
Eso fuiste, el ave azúl rociado de nieve.

miércoles, 6 de junio de 2012

Dónde está Jade.



Jade me mira desde el cespe recien cortado,
la tengo metida en las pupilas, guardandola
allí para que cuando crezca, me quede ese
recuerdo de ella, tan pequeño y tan fresco
como un dia de Junio. Jade es rubia, muy
amarillas sus hebras, finitas, le llegan a los
hombros descubiertos porque solo tiene
una camisita de tiros y un pantaloncito,
un dije de jade que pende de un guillo de
oro en la muñeca. Sahara su hermana
tiene su misma ropa pero con otros tonos de
colores, aunque sean gemelas las puedo
distinguir. Jade es más delgada, más larga
de piernas y brazos, tiene el rostro de porcelana,
Sahara sin embargo, tiene siempre un bolso con
una barbie en su interior, los tacones de su madre.
Jade y sus manitos vacias me recuerdan a los
gorriones, grises y pequeños se bañan en las
fuentes de las plazas, Jade y sus ojitos azules
me recuerdan a su madre, mujer de luces,
exploradora de cosas, de lugares y de
sentimientos, descubridora en especial de
mi, ambas saben como descubrirme cuando
me encuentro encerrado en alguna parte.
Jade tiene un lazito anaranjado en la cabeza,
se le ha caído tres veces en cada vuelta que da,
cada saltito de rana traviesa, me contento en verla
así ya que siempre está calmada, una muñequita
de cuerda apagada, amarrada, a veces Jade ni
habla.
A Jade la veo, se ha sentado con su hermano
Lucas, tambien es su gemelo, desnudo en
calzoncillos, los tres se cuentan algo en el
jardin trasero, yo desde la galeria los atrapo
en una fotografia, un video torcido, mal
gravado. Y Jade me cacha, me sonrie
levemente, como su manita que se levanta
para saludarme. Solo pienso que será de
ella en unos cinco, diez, veinte años, en eso
tendra veinti seis, quizás casada, quizás no,
pero ¿sobrevivirá?, ¿ la tendré mañana temprano
sobre mis piernas?, ¿ Le podré comprar un helado
de fresa?, ¿Me susurrá al oído? como hoy,
un no te vallas papá...
A Jade no la quiero perder.

martes, 5 de junio de 2012

Hermosa Miseria.





Caída Libre.
Y un ala celeste derrumbando la brisa de la mañana
volando tan alto y sin alas.
Con la panza llena de cosquillas vespertinas, de tazas
de té y galletitas, te veo sentada en Irlanda, no hay nieve
pero si rosas blancas,en una silla de reyna con los pies en el aire
porque no alcanzas el suelo todavia,
sigues flotando en tus maravillas, la brisa es fria, pero
papá te ha puesto un abrigo de lana, color manzana,
sobre tu vestido celeste con nubes pintadas.
Respiras, palpas la temperatura con un dedo pero
realmente estas tocando una chispa de luz, es una hilera de polvo
iluminada por el sol, entonces brilla, te llama la atención ese reflejo
tan sencillo, sonries, sabes que en la vida nos encontramos a diario
con cosas asi, que sobresalen espontaneamente,
sin esperarse, sabes que las puedes vivir.
Quieres abrir la ventana, se lo pediste
a mamá unos minutos atrás pero ella dice que hace frio.
Y el frio no es un problema para ti, no ahora que tienes los brazos
de ese señor para abrazarte, papá te abraza fuerte, te sostiene,
te peina el cabello,él no es el culpable de tus miedos nocturnos.
Entonces te renuevas, porque eres una mariposa
menos un ala, celeste, que se ha desprendido a través
del tiempo, que cae lento, lentisímo, sin paz,
parece una lágrima, una gotita de
lluvia cristalizada, un pedacito de nube de tu vestido.
Te miras las manos,
las pones en la ventana y la primavera de
afuera hace lo mismo, el verde de Irlanda te saluda,
me palmo el corazón  porque te veo como un canario en
jaula que tiene la puertecilla abierta para cuando
quieras volver a volar.