Gritar, aveces, es necesario. Pero hoy soy muda.

lunes, 25 de octubre de 2010

Mi cuerda invisible, Ahorca


Desperté de susto, estaba oscuro Debian de ser las
siete u ocho, me había quedado
dormida alrededor de las cuatro de la tarde.
Amarre unos converse en mis pies, di paso hacia las escaleras
y baje, sentí ganas de salir, papá no había llegado de
trabajar su horario terminaba a media noche, mamá cocinaba
no se que era, tal vez la cena y los demás, llamese hermanos
y hermanas veían Tv.

Que mas da, con todo lo que me pasaba y la ruina
de la familia quedarse todo el día en casa
era para terminar de morir.
La calle en penumbra ofrecía una soledad inmensa
parecida a la soledad que llevaba a hombros.
Después de unas calles, me senté, baje la cabeza,
sudaba a pesar del frió en el aire de otoño.

Estarás metida en el cementerio, me dije a mi misma,
soy el peor ejemplo para mis hermanitos y la desgracia
de todo padre. Lágrimas rodaron por mis mejillas,
las seque con furia, llorona susurre.
Acto seguido observe mi horizonte, creí ver una luz pálida
a lo lejos, sacudí la cabeza, mire a mi alrededor y en
una esquina moraba una silueta, quieta, casi invisible.

Me levante con ganas de acercarme, en segundos me detuve,
vacile. que estoy haciendo?.
Aquel sujeto me miraba a lo lejos, era enano, debía ser un niño,
me acerque y  acerté, era una niña, de nueve o diez años por su
tamaño, de pálida tez y ojos negros. Estaba inmóvil, sin pestañear,
-estas bien? pregunte - te ha pasado algo?
ella no contestaba, me asuste, seguro le hicieron daño,estaba sola
con sus zapatitos de sharol.
- que lindo vestido llevas. comente para llamar su atención.
- que fea es la cuerda en tu cuello. dijo, sin ademán alguno y con
la mirada mas tétrica que en las películas de terror.
trague saliva, que cuerda? pensé, no llevaba cuerda, mire a tras de mi,
sentí dolor en las sienes y al volverme ella no estaba, desapareció.

Ahora comprendo, que hasta una cuerda invisible, ahorca.
el alma,
el canto,
el animo,
la vida.

1 comentario:

Mari Carmen Marín dijo...

En algunos momentos sentimos la cuerda que nos ahorca pero solo la vemos cuando alguien nos la muestra o quizás cuando sentimos un escalofrío en la nuca.
Un saludo.