domingo, 28 de julio de 2013
Un día de girasoles
Era un día nervioso, de esos cuando la lluvia es árida
y caliente, que nos enfría la sangre y casi nos odiamos
vertiendo nuestras iras en un bote de basura. Lo siento
todavía como una ráfaga de viento tibio que me dice
que estamos lejos y que nunca volverá a pasar
esa historia que me contabas en la madrugada.
Recuerdo que te miraba con furia, que me
lanzaste a la cama y entonces salió de ti
la pregunta más hermosa, me hiciste sonreír.
Te lo dije tantas veces: Será en la playa con girasoles
y los pies descalzos. Y lo apreciaste hasta la muerte.
Silencio Nocturno
Creo que ya no tenemos nada que decir....
Quizá que hemos perdido el rumbo y estamos callados
no nos vemos y estamos ciegos
para nada enterados de nuestras letras interesantes
ni los días de calor
ni los momentos en la playa
ni las caracolas de sal
Creo que se llama silencio.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

